Esta impunidad me ha entusiasmado. Ruego al invisible dios del aire que me dé un manojo de palabras para darle forma a esta esperanza. Yo pensé que estaba muerto el perro. Pero no.
No me acuerdo de vos, pero te juro que no quise olvidarte. Si es tu nombre el que está escrito abajo, qué alegría. Si es el de otro yo supongo que sabrás perdonarme. _ _ _ _ _ _