INCLUSO HABÍA AMOR
Esto me recuerda los comienzos.
El teatro vacío me ayudaba
a escribir sin la máscara y el nombre.
Había tanto espacio, tanto tiempo.
Incluso había amor, vaya delirio.
Las sillas se llenaron de fantasmas.
Me tuve que esmerar con los disfraces.
En fin, ciego el bufón y sordo el público,
la obra se mezcló con el olvido.
Por suerte he regresado al escenario
a cara descubierta.